¿Conoces la manteca de karité?

manteca de karite

La manteca de karité siempre se ha utilizado en África como alimento, como cosmético y como medicamento. El árbol del cual se extrae, que los nativos llaman “árbol de la juventud”, tiene flores fragantes y su fruto, similar a una ciruela, encierra un núcleo leñoso del cual se obtiene la preciosa mantequilla.

Las mujeres de los países tropicales, famosas por su piel aterciopelada, la utilizan desde la antigüedad como protección contra la acción del sol, el viento y la sal.

En los últimos tiempos estamos presenciando un verdadero redescubrimiento de esta maravillosa sustancia simple, económica y absolutamente compatible con el medio ambiente (las plantas no se talan para su preparación).

Beneficios de la manteca de Karité

La manteca de karité es muy rica en vitaminas (A, B, E, F): tiene propiedades hidratantes, emolientes, elásticas, calmantes y antiarrugas. La preparación es áspera, con un color que va del blanco marfil al amarillo al verde grisáceo y un olor similar al de la nuez.

Ten cuidado con los productos con apariencia blanca y sin olor particular, porque significa que han sido tratados con químicos que reducen sus propiedades.

Éstos son algunos de los principales usos de la manteca de karité:

  • hidrata, nutre, protege y ayuda a prevenir el envejecimiento de la piel en la cara;
  • protege los labios;
  • suaviza la piel de las partes más secas del cuerpo, como los codos y las rodillas;
  • previene las estrías y, por lo tanto, es especialmente adecuado para el embarazo, la piel del vientre y las mamas;
  • usado como ingrediente champús y suavizantes para el cabello los protege del secador y de la agresión de los surfactantes;
  • se presta para ser mezclado con aceites vegetales o además de cremas para enriquecerlos o personalizarlos.
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Y ahora, una idea fácil y fácil de obtener manos super suaves.

Si tiene las manos secas y agrietadas, puedes hacer esto: por la noche, antes de irte a dormir, aplica una capa generosa de manteca de karité, distribuyéndola bien sobre todo en el dorso de las manos y en las áreas más ásperas.

Cubre rus manos con un par de guantes de hilo de algodón y déjalos puestos toda la noche. Por la mañana tendrás manos suaves como la seda!

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