¿Dar el gran paso te asusta? ¿Crees que no puedes soportar la vida eterna juntos? El matrimonio no es para todos, comencemos con esta premisa. Hay personas que nunca correrán al altar, otras que no quieren nada más que casarse desde la infancia.
Hay quienes llevan años juntos sin apresurarse a formalizar su amor; quien, en cambio, cada día no espera más que recibir la fatídica propuesta. De hecho, debes prestar atención a algunas señales y hacerte algunas preguntas antes de considerarte listo para decir que sí, porque el matrimonio no es un paseo por el parque.
Las señales a tener en cuenta antes del gran paso
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Antes de que decidas pasar por el altar, y de dar el sí quiero para compartir el resto de tu vida con otra persona, es necesario sentirse bien consigo mismo.
No se puede esperar que nos amemos por completo si no somos los primeros en amarnos. En pareja es importante apoyarse, ser feliz con los éxitos de la otra mitad, sufrir juntos las derrotas… no es casualidad que digamos “en las buenas y en las malas”.
Para seguir adelante, es necesario que te aceptes a ti mismo y que aceptes a tu pareja con sus fortalezas y debilidades. Intentar cambiar a la persona que tienes a tu lado solo conduciría a una continua sensación de frustración e insatisfacción.
También es importante que conozcas las metas de la persona que pasará contigo los años siguientes ( quiere tener niños?, ¿un cambio en el trabajo?, ¿qué aspiraciones tiene?, ¿profesa alguna religión?) porque si no os parecéis ni remotamente es difícil que las cosas cambien, a menos que tu estés dispuesto a sacrificarte para llegar a un compromiso (pero no pienses por tu pareja, si el quiere sacrificarse lo hará, no des nada por sentado, ya que quizá no llegará nunca a hacerlo)
Mejor unas cuantas risas más y unos abdominales menos, para conseguir que la fórmula de cuento de hadas de “vivieron felices para siempre” funcione de verdad. Y es que la lista de méritos debe contener más aspectos relacionados con la esencia de un individuo que relacionados con su apariencia. Aunque si las dos cosas encajan, mucho mejor.
Dado que hay peleas en un matrimonio (mejor si son moderadas y dentro de los límites de la normalidad), ¿estás listo para mostrar lo peor de ti? ¿estás lista para que te vean sin maquillaje, enferma desde hace días, sin quitarte el pijama y con el pelo grasiento?
Preguntas que debes hacerse antes de casarte
¿Ha llegado realmente el momento adecuado para casarse? ¿La persona con la que estás es realmente la que querrás tener a tu lado por el resto de tu vida.?
¿Existe en vosotros ese sentimiento y complicidad, claves para una relación duradera? Ser cómplices significa ser consciente de saber afrontar cada error, incomprensión, dificultad, permanecer unidos. ¿Te ama como eres o quiere cambiarte? Nadie puede reclamar el derecho a cambiar al otro, pero las críticas positivas, aquellas que pueden impulsar a la pareja a mejorar y crecer juntos, en el día a día, son bienvenidas.
Otra pregunta: ¿eres capaz de soportar su lado negativo y sus pequeños defecto (desorden, pereza, falta de puntualidad)? ¿Cómo te organizarás económicamente? Este es un tema básico para muchas familias, aunque muchas parejas evitan hablar de su economía antes de casarse.
Hasta la fecha, es fundamental comprender si la pareja es financieramente suficiente y que cuantifiquéis la brecha (si la hubiera) entre sus ingresos y los tuyos. ¿Vais a crear un presupuesto común o tendréis cuentas separadas? Dado que es mejor ser transparente desde el principio, deberíais poner en común estos temas antes de dar el paso.
Expectativas de tu pareja, a nivel laboral, familiar, doméstico, para entender si compartes un mismo plan de vida. Tu pareja quiere una carrera fulgurante que le lleve a la cima profesional, y ¿tu? ¿estarás dispuesto a aceptarlo o sufrirías por la distancia o las horas de más que tiene que trabajar? Quieres formar una familia pero él no quiere tener hijos. ¿Le has preguntado alguna vez?
Vamos a ocuparnos del aspecto religioso. ¿Dónde te casarás? ¿Iglesia, Ayuntamiento, juzgados? ¿Qué tipo de educación te gustaría dar a vuestros hijos?
¿Existe comunicación en la pareja? Comunicarse, hablar, expresar las propias necesidades es fundamental.
Saber escuchar es la base fundamental del proceso de comunicación, importante para apoyarse mutuamente en momentos de fragilidad. ¿Sabes escuchar? Y luego, ¿sabes cómo afrontar las crisis, las riñas, los malentendidos sin entrar en pánico? ¿Cómo de importante es el sexo para ti? Recuerda que mantener viva la relación en la cama es fundamental.
Sólo si habéis abordado todas estas preguntas una a una y de manera positiva, estaréis listos para dar el gran paso.