Las bombillas más baratas de usar

El lumen se refiere a la emisión de flujo luminoso, que corresponde a la medida de la cantidad total de luz visible liberada por una fuente por unidad de tiempo. Si una candela de intensidad luminosa se emite uniformemente en un ángulo sólido de un estereorradián, el flujo luminoso total emitido en ese ángulo es un lumen.

Por lo tanto, conociendo la intensidad luminosa ideal y el tamaño de la superficie de cada habitación que se pretende iluminar, se puede determinar cuántos lúmenes necesita cada habitación y, en consecuencia, encontrar la bombilla o instalación luminosa más adecuada.

La relación entre lúmenes y vatios se refiere, respectivamente, a la eficiencia y eficacia de una bombilla. Por tanto, la correspondencia entre lúmenes y vatios depende del tipo de bombilla que utilices: incandescente, LED, halógena o fluorescente.

Si, por el contrario, pretendes iluminar una habitación destinada a la relajación, por ejemplo, un salón, para conseguir un efecto ambiental particular que te haga sentir cómodo, no necesitas tener una visibilidad perfecta, por lo que puedes considerar la elección de un coeficiente de lux entre 150 y 200.

Cuánta electricidad consume una lámpara de mesa

Sin embargo, las bombillas actuales son mucho más eficientes desde el punto de vista energético, ya que utilizan menos vatios para producir la misma cantidad de luz (lúmenes). Por eso, hoy en día hay que pensar en lúmenes, no en vatios, a la hora de comprar bombillas.

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Para elegir una bombilla de repuesto con la misma luminosidad que la antigua, llévala a la tienda y compárala. Si quieres saber más sobre cómo comprar una bombilla en función de la luminosidad, y cuál es la diferencia entre lúmenes y vatios, sigue leyendo.

Sin embargo, los vatios no son una medida de la luminosidad, sino del consumo de energía, es decir, de la cantidad de electricidad que utiliza una bombilla. Sucede que la mayoría de las bombillas incandescentes antiguas de la misma potencia emiten la misma cantidad de luz (lúmenes), aunque sean de marcas diferentes.

Por ejemplo, una bombilla halógena de 42 W tiene la misma luminosidad (lúmenes) que una LED que sólo consume 10 W. Una menor potencia significa menos facturas de energía y menos emisiones de carbono. Mejor para su cartera y mejor para el medio ambiente.

Cuanto más eficiente es la tecnología de las bombillas, menos electricidad (vatios) utiliza una bombilla. Esto significa que no se puede comparar la luminosidad de las bombillas por el número de vatios que utilizan. Hay que comparar los lúmenes que emiten.

Lámparas frente a plafones

Si sustituye todas las bombillas de su casa por luces LED, podría reducir sus emisiones de dióxido de carbono hasta en 40 kg al año. Esto equivale al dióxido de carbono emitido por conducir su coche unos 145 kilómetros.

Las bombillas tradicionales o incandescentes se inventaron hace más de 100 años y son extremadamente ineficientes. Sólo un 5% de la electricidad que utilizan se convierte en luz visible. Además, las bombillas no duran mucho porque el filamento que crea la luz se evapora al pasar por él el calor.

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Las bombillas halógenas utilizan la misma tecnología de filamentos que las bombillas tradicionales, pero funcionan a una temperatura más alta, lo que las hace ligeramente más eficientes. Se utilizan principalmente en los focos. Las bombillas incandescentes tradicionales y las halógenas menos eficientes están siendo retiradas del mercado en favor de alternativas energéticamente eficientes. En lugar de estos diseños poco eficientes energéticamente, podemos utilizar sustitutos modernos que proporcionan la misma cantidad de luz, pero con menos electricidad.

Las lámparas fluorescentes compactas (CFL) fueron las primeras bombillas de bajo consumo del mercado y utilizan alrededor de un 70-80% menos de electricidad que las bombillas tradicionales equivalentes, además de durar casi 10 veces más. Las bombillas fluorescentes compactas tienen un gas dentro de un tubo de cristal que se carga de electricidad hasta que se ilumina.

La mayoría de las bombillas de bajo consumo

Dicho esto, iluminar eficazmente un baño puede ser complicado. Las habitaciones pequeñas y los espacios reducidos pueden suponer un reto a la hora de colocar apliques, lámparas de techo e incluso interruptores de luz. Por no hablar de que el cuarto de baño tiene que acomodar una variedad de tareas que requieren diferentes tipos de iluminación.

Es fácil pensar que una sola lámpara de techo o un solo aplique sobre el espejo serán suficientes para iluminar un baño pequeño. Sin embargo, aunque la habitación sea pequeña, una sola lámpara suele ser insuficiente.

Por ejemplo, una luz en el centro de la habitación no está bien situada para iluminar sin sombras el espejo, lo que dificulta ciertas tareas (como afeitarse o maquillarse). Por otro lado, un candelabro sobre el espejo puede proporcionar una excelente iluminación de trabajo, pero podría no proporcionar suficiente luz ambiental en la ducha una vez que se filtre a través de la cortina de la ducha.

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Cómo evitar este error:  Coloque la iluminación en capas. En pocas palabras, la iluminación por capas implica el uso de varios tipos de iluminación para crear un espacio bien iluminado y equilibrado. Piense en una iluminación ambiental para la iluminación general, en una iluminación de trabajo para áreas específicas (por ejemplo, apliques montados a ambos lados del espejo sobre el lavabo) y en una iluminación de acento para áreas de interés (como el fresco mosaico de su baño principal).