Dónde se encuentra la cueva de Altamira

La cueva tiene una forma irregular y una longitud de unos 270 metros. Tiene un vestíbulo de entrada, una galería principal y una sala lateral, y contiene algunos de los mejores ejemplos de arte rupestre prehistórico del mundo. Los dibujos tienen unos 14.000 años de antigüedad y muestran bisontes, ciervos, jabalíes, caballos, etc. Están pintados con ocre natural de color rojo y perfilados en negro. Para garantizar su conservación, la estructura de la cueva y las pinturas se han reproducido minuciosamente, con las mismas técnicas pictóricas, en la neocueva del Museo de Altamira. Los visitantes pueden admirar los detalles del gran techo con sus bisontes policromados, y visitar el taller de los pintores, donde pueden escuchar una explicación de las técnicas utilizadas para crear esta obra maestra del arte rupestre.

Pinturas rupestres de Lascaux

La Cueva de Altamira (pronunciado: [ˈku̯e.βa ðe al.ta.ˈmi. ɾa]), situada cerca de la histórica ciudad de Santillana del Mar en Cantabria, España, es conocida por sus numerosas pinturas parietales con dibujos al carbón y pinturas policromadas de la fauna local contemporánea y de manos humanas, creadas hace entre 18.500 y 14.000 años, durante el Paleolítico Superior, por pobladores del Paleo. Las primeras pinturas de la cueva se realizaron hace unos 35.600 años.

Altamira fue la primera cueva europea cuyo origen prehistórico de las pinturas fue sugerido y promovido por Marcelino Sanz de Sautuola. Publicó sus investigaciones con el apoyo de Juan Vilanova y Piera en 1880, con gran éxito de público.

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No obstante, se produjo una agria controversia pública entre los expertos que se prolongó hasta 1902, ya que se habían acumulado informes de hallazgos similares de pinturas prehistóricas en la región y ya no se podían rechazar las pruebas.

La cueva tiene unos 1.000 metros de longitud y está formada por una serie de pasajes y cámaras retorcidas. El pasaje principal varía de dos a seis metros de altura. La cueva se formó por derrumbes a raíz de los primeros fenómenos de Karst en la roca calcárea del monte Vispieres.

Arte antiguo del bisonte de Altamira

Diecisiete cuevas decoradas del Paleolítico fueron inscritas como ampliación de la Cueva de Altamira, inscrita en 1985. El bien aparecerá ahora en la Lista como Cueva de Altamira y Arte Rupestre Paleolítico del Norte de España. La propiedad representa el apogeo del arte rupestre paleolítico que se desarrolló en toda Europa, desde los Urales hasta la Península Ibérica, entre 35.000 y 11.000 a.C. Debido a sus profundas galerías, aisladas de las influencias climáticas externas, estas cuevas se conservan especialmente bien. Las cuevas están inscritas como obras maestras del genio creativo y como el primer arte realizado por la humanidad. También se inscriben como testimonios excepcionales de una tradición cultural y como ilustraciones destacadas de una etapa significativa de la historia de la humanidad.

La Cueva de Altamira, inscrita en la Lista en 1985, ha recibido un nuevo nombre. Al yacimiento original se añadieron 17 cuevas con pinturas rupestres que datan del Paleolítico. La propiedad representa el apogeo del arte rupestre paleolítico que se desarrolló en toda Europa, desde los Urales hasta la Península Ibérica, entre 35.000 y 11.000 a.C. La conservación de las cuevas es excelente, ya que se encuentran a una profundidad que las protege de las variaciones climáticas. Las cuevas han sido inscritas en la Lista como testimonio único de los poderes creativos del hombre primitivo y de la existencia de una tradición cultural. Son obras maestras del primer tipo de actividad creativa plenamente dominada por el hombre, que contribuyen a una mejor comprensión de un período importante de la historia de la humanidad.

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Qué antigüedad tienen las pinturas rupestres de Altamira

La Cueva de Altamira (/ˌæltəˈmɪərə/; español: Cueva de Altamira [ˈkweβa ðe altaˈmiɾa]) es un complejo de cuevas, situado cerca de la histórica ciudad de Santillana del Mar en Cantabria, España. Es conocido por su arte rupestre parietal prehistórico con dibujos al carbón y pinturas policromadas de fauna local contemporánea y manos humanas. Las primeras pinturas fueron aplicadas durante el Paleolítico Superior, hace unos 36.000 años[1] El yacimiento fue descubierto en 1868 por Modesto Cubillas y posteriormente estudiado por Marcelino Sanz de Sautuola[2].

Además de la llamativa calidad de su arte policromado, la fama de Altamira se debe a que sus pinturas fueron las primeras pinturas rupestres europeas para las que se sugirió y promovió un origen prehistórico. Sautuola publicó sus investigaciones con el apoyo de Juan de Vilanova y Piera en 1880, con un éxito inicial de público.

Sin embargo, la publicación de las investigaciones de Sanz de Sautuola no tardó en provocar una agria controversia pública entre los expertos, algunos de los cuales rechazaron el origen prehistórico de las pinturas alegando que los seres humanos prehistóricos carecían de capacidad suficiente para el pensamiento abstracto. La controversia continuó hasta 1902, momento en el que se acumularon los informes de hallazgos similares de pinturas prehistóricas en la región franco-cantábrica y ya no se podía rechazar la evidencia[3].