Rutas de senderismo en Cadaqués

El camino sigue discurriendo junto a las calas de Begur y se adentra entre los árboles hasta llegar a la cala de Aiguafreda. Arrecifes, islotes y vegetación salvaje son los protagonistas de esta ruta que termina en la playa del Racó, cerca de la localidad de Pals. Antes de llegar, sin embargo, se atraviesa la pequeña cala de Sa Riera y las escarpadas puntas de Espinuda, Illa Roja y Roca Negra.  Del faro de Roses a la AlmadravaSi vas con niños, éste es uno de los senderos costeros más accesibles para ellos, ya que es recto y no demasiado largo, con una duración aproximada de 2,5 horas. El camino comienza en el faro de Roses, situado a 24 metros sobre el nivel del mar y construido durante el reinado de Isabel II (1830-1904).  Además, se encuentra justo debajo del castillo de la Trinitat, que también merece una visita. A lo largo del camino, repleto de afloramientos rocosos, pasaremos por la playa de Canyelles Petites, donde podremos ver (y asombrarnos) un islote formado por varias rocas (Els Brancs; éste es utilizado como lugar de descanso por varias especies de aves, como los cormoranes.

Caminata por la costa de España

Los Caminos de Ronda (o Camins de Ronda en catalán) son una ruta de senderismo costera en Cataluña, el extremo noreste de España. Tiene una longitud aproximada de 200 km y se extiende desde la primera roca de la Costa Brava en la localidad costera de Blanes hasta la frontera francesa en Portbou. Está formado por una serie de antiguos senderos de pescadores a lo largo de la costa y forma parte del sendero GR92, mucho más largo, que se extiende más al sur de Barcelona.

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Esta caminata es la forma perfecta de explorar la región de la Costa Brava, desde las ciudades turísticas del sur hasta la costa salvaje y las playas azotadas por el viento del norte. Si buscas un viaje activo que te aleje de las multitudes, pero que sea muy accesible, entonces esta excursión podría ser para ti.

Mi novio y yo recorrimos los Caminos de Ronda en octubre de 2017. Habíamos vivido en Barcelona durante un año pero apenas habíamos visitado la Costa Brava, así que queríamos pasar un tiempo viendo lo que tenía que ofrecer. A los dos nos gustaba el senderismo pero nunca habíamos hecho mucho más que una excursión de fin de semana. Aunque fue agotador y bastante montañoso (hay muchos escalones que suben y bajan por los acantilados), fue uno de los mejores viajes que cualquiera de los dos ha hecho. Descubrimos que había algo en el hecho de moverse por los paisajes durante días y días a velocidad de marcha que era increíblemente absorbente y gratificante.

Viaje por la Costa Brava

Después del almuerzo, tendremos la oportunidad de visitar Tossa de Mar, un antiguo pueblo de pescadores con un importante bagaje histórico. Recorreremos la emblemática Vila Vella o casco antiguo, la única ciudad medieval fortificada que queda en la costa catalana y que data del siglo XIII, que se mantiene en un gran estado de conservación. Detrás de las impresionantes murallas y torres defensivas, encontraremos un laberinto de calles y callejones estrechos rodeados de hermosas casas blancas, lo que confiere a la villa un verdadero ambiente mediterráneo.

Senda costera de Llafranc

Después de una hora y media de viaje con un monovolumen AC, llegaremos a Tossa de Mar, situada en el corazón de la Costa Brava. Nos prepararemos y comenzaremos a caminar por el famoso sendero costero “Camí de Ronda”. Este sendero conecta todos los pueblos de la Costa Brava de norte a sur. El Camí de Ronda le llevará a zonas de gran belleza natural que nunca imaginó encontrar aquí. Desde aquí disfrutaremos de unas vistas únicas: el hermoso mar Mediterráneo, impresionantes acantilados colgados sobre el mar y pequeñas calas escondidas, donde tendremos tiempo libre para bañarnos en sus aguas transparentes tomar el sol y disfrutar de su tranquilidad. Las fragancias de los pinos, el romero y el tomillo nos acompañarán a lo largo del camino.

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Después del almuerzo, tendremos la oportunidad de visitar Tossa de Mar, un antiguo pueblo de pescadores con un importante bagaje histórico. Recorreremos la emblemática Vila Vella o casco antiguo, la única ciudad medieval fortificada que queda en la costa catalana y que data del siglo XIII, que se mantiene en un gran estado de conservación. Detrás de las impresionantes murallas y torres defensivas, encontraremos un laberinto de calles y callejones estrechos rodeados de hermosas casas blancas que dan a la ciudad un verdadero ambiente mediterráneo.