Cómo vencer el ácido láctico en el ciclismo

Por fin lo has conseguido, has corrido esa milla extra. También te sientes muy bien por ello: cumplir por fin uno de tus objetivos es fantástico, pero en el proceso has llevado tu cuerpo al límite y sientes calambres en las piernas. ¿Te resulta familiar? Curiosamente, este escenario es común tanto a los ciclistas de élite como a los principiantes.

En este artículo voy a explorar exactamente lo que ocurre en tu cuerpo durante y después del ejercicio extremo, el papel que juega el ácido láctico y, quizás lo más importante, lo que puedes hacer al respecto para prevenir los calambres en las piernas.

Lo más habitual es que la acumulación de ácido láctico se perciba como una sensación de ardor o dolor en los músculos. Le ocurre a todos los atletas, pero en el caso de los ciclistas, lo sentiremos más en los músculos de la pantorrilla. Pero el ácido láctico está ahí por una razón: es una señal para que dejes de hacer lo que estás haciendo.

Si no haces caso a esta advertencia, la acumulación excesiva puede provocar síntomas de náuseas, agotamiento y los mencionados calambres en las piernas, además de una sensación de fatiga predominante. Y lo que es peor, a la mañana siguiente es cuando realmente empezarás a lamentarlo, ya que tus músculos entrarán en modo resaca.

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Cómo detener el ácido láctico al correr

Tengo vívidos recuerdos de acompañar a mi padre mientras se tumbaba en el suelo con las piernas elevadas después de una larga carrera o una intensa sesión de ciclismo. “¿Qué estás haciendo, papá?” le pregunté mientras me movía a su lado para copiar lo que estaba haciendo. “Mi padre había aprendido lo que mucha gente creía sobre el ácido láctico: que era la causa de la fatiga y el dolor muscular, y que había que eliminarlo de alguna manera para ayudar a la recuperación y evitar el dolor. Como joven atleta, a menudo escuchaba estas mismas cosas de las que se hacían eco mis entrenadores y creía que era cierto. El dolor que sientes en tus músculos después del entrenamiento se debe a desgarros microscópicos en el tejido muscular que se reconstruye para ayudarte a ser más fuerte.

El ácido láctico es un subproducto de la glucólisis, uno de los procesos metabólicos que el cuerpo utiliza para producir energía durante el ejercicio intenso. El ácido láctico es el término colectivo utilizado para describir el lactato y los iones de hidrógeno que son subproductos de este proceso.

Piel con ácido láctico

Estás subiendo esa colina al máximo esfuerzo, y empujando y empujando y empujando, y entonces llega: el ardor. El ácido láctico se está acumulando en tus músculos y, cada vez más, ya no eres capaz de mantener la misma intensidad de esfuerzo.

La revista Cycling Plus ha hablado con James Hewitt, científico deportivo y entrenador de ciclismo de alto rendimiento, sobre cómo puedes utilizar el ácido láctico en tu beneficio. Aquí te explicamos cómo superar ese límite y más con algunos consejos de expertos que te ayudarán a mejorar tu ciclismo.

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En el cuerpo humano, la mayor parte del ácido láctico está presente en forma de lactato. Solíamos pensar que se producía debido a un déficit en el suministro de oxígeno, que esto daba lugar a la “quema de ácido láctico” y que el ácido láctico era el responsable de la fatiga. En realidad, es poco probable que el ácido láctico sea la causa de la fatiga o de “la quemadura”: si nuestros músculos no produjeran lactato, la fatiga se produciría más rápidamente. Además, la molécula de lactato puede ser un importante “señalizador” que anima a nuestro cuerpo a adaptarse al entrenamiento de alta intensidad.

Cómo evitar que las piernas ardan al montar en bicicleta

Estás subiendo esa colina al máximo esfuerzo, y empujando y empujando y empujando, y entonces llega: el ardor. El ácido láctico se está acumulando en tus músculos y, cada vez más, ya no eres capaz de mantener la misma intensidad de esfuerzo.

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En el cuerpo humano, la mayor parte del ácido láctico está presente en forma de lactato. Solíamos pensar que se producía debido a un déficit en el suministro de oxígeno, que esto daba lugar a la “quema de ácido láctico” y que el ácido láctico era el responsable de la fatiga. En realidad, es poco probable que el ácido láctico sea la causa de la fatiga o de “la quemadura”: si nuestros músculos no produjeran lactato, la fatiga se produciría más rápidamente. Además, la molécula de lactato puede ser un importante “señalizador” que anima a nuestro cuerpo a adaptarse al entrenamiento de alta intensidad.

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