Beneficios psicológicos del ejercicio para los adultos mayores

Muchas enfermedades y afecciones discapacitantes asociadas al envejecimiento pueden prevenirse o retrasarse con la práctica regular de ejercicio. De hecho, dos de cada cinco adultos de 65 años o más declaran llevar un estilo de vida sedentario, lo que aumenta su riesgo de muerte entre un 5 y un 6% (1-3). El ejercicio regular es beneficioso para prevenir y controlar la hipertensión, la obesidad y la diabetes mellitus en mujeres y hombres mayores (4). Estos beneficios pueden conseguirse con un ejercicio moderado, como una caminata diaria de 30 minutos y un régimen de entrenamiento de fuerza de 20 minutos dos días a la semana. El ejercicio continuado entre los adultos mayores tendrá como resultado un estilo de vida más saludable y una menor necesidad de atención médica.

Actividad física para adultos mayores

Comprender cómo los factores individuales y ambientales afectan al nivel de actividad física (AF) es importante a la hora de elaborar estrategias para mejorar la AF de los adultos mayores. Ningún estudio ha examinado cómo los cambios climáticos de hora en hora influyen en la AF en los adultos mayores o cómo la asociación entre el clima y la AF está eventualmente relacionada con la aptitud cardiorrespiratoria (CRF) medida como consumo máximo de oxígeno. El objetivo de este estudio fue, por lo tanto, examinar cómo los cambios de tiempo de hora en hora afectan a la AF en una cohorte de adultos mayores noruegos a través de los niveles de CRF, el género y las estaciones.

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La AF se evaluó objetivamente en 1219 adultos mayores (70-77 años, 51% mujeres) utilizando el acelerómetro Actigraph GT3X+, y se cuantificó como cuentas-min-1 (CPM). El tiempo (Instituto meteorológico noruego) y el CRF (MetaMax II) se midieron objetivamente. El análisis de datos de panel añadió una dimensión longitudinal cuando se analizaron 110.888 horas de datos meteorológicos y de AF.

Los adultos mayores tenían un mayor nivel de AF en los meses más cálidos (597 CPM) que en los más fríos (556 CPM) (p<0,01). Los modelos de regresión de efectos fijos revelaron que el aumento de las temperaturas (por hora) influyó positivamente en la AF tanto en los meses más fríos como en los más cálidos (todos, p<0,01), con una mayor influencia en los participantes más aptos frente a los menos aptos (p<0,01). En los meses más cálidos, el aumento de las precipitaciones influyó negativamente en la AF tanto en las mujeres como en los hombres que no estaban en forma (p<0,01). En los meses más fríos, el aumento de las precipitaciones influyó positivamente en la AF de los hombres moderadamente aptos o aptos (p<0,01), pero no en las mujeres ni en los hombres no aptos.

Beneficios de la actividad física

Incluir la actividad física regular es una de las cosas más importantes que puede hacer por su salud como adulto mayor (65 años o más). Menos dolor, mejor estado de ánimo y menor riesgo de padecer muchas enfermedades son algunos de los beneficios para la salud que se derivan de estar activo. Puede hacer que su vida diaria sea mejor, por lo que es más fácil:

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Centrarse en moverse más y sentarse menos a lo largo del día. Recuerde siempre que algo de actividad es mejor que nada. Consulte a su médico antes de empezar una rutina de actividad física. Si tiene 65 años o más, está generalmente en forma y no tiene ningún problema de salud que le limite, puede seguir estas recomendaciones:

Comience gradualmente y aumente la cantidad y la intensidad de la actividad física con el tiempo. Evalúe su edad, su nivel de forma física y su nivel de experiencia para ayudar a reducir el riesgo de lesiones al aumentar la actividad física. La mejor manera de empezar es centrarse en una actividad de intensidad ligera a moderada, como caminar entre 5 y 15 minutos por sesión, de 2 a 3 veces por semana.  Las investigaciones han demostrado que caminar tiene un bajo riesgo de lesión y no se conoce ningún riesgo de eventos cardíacos graves.

¿Con qué frecuencia deben los adultos mayores realizar actividades de fortalecimiento muscular?

Hay pruebas de estudios de alta calidad que apoyan firmemente la asociación positiva entre el aumento de los niveles de actividad física, la participación en el ejercicio y la mejora de la salud en los adultos mayores. En todo el mundo, alrededor de 3,2 millones de muertes al año se atribuyen a la inactividad. En los países industrializados, donde la gente vive más tiempo, los niveles de enfermedades crónicas están aumentando y los niveles de actividad física están disminuyendo. Los factores clave para mejorar la salud son hacer ejercicio a un nivel entre moderado y vigoroso durante al menos 5 días a la semana y que incluya tanto ejercicios aeróbicos como de fortalecimiento. Pocos adultos mayores alcanzan el nivel de actividad física o de ejercicio que acompaña a las mejoras de salud. Un reto para los profesionales de la salud es aumentar la actividad física y la participación en el ejercicio en los adultos mayores. Se ha informado de cierto éxito en este sentido cuando los médicos han dado información específica, detallada y localizada a sus pacientes, pero se necesita más investigación de alta calidad para seguir abordando este problema de la no participación en la actividad física y el ejercicio de un nivel lo suficientemente alto como para garantizar los beneficios para la salud.

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