Los 10 mayores fallos de los objetivos abiertos de todos los tiempos – Fracasos vergonzosos

Si le resulta difícil hablar durante las reuniones virtuales, no es el único. Puede que sientas que tus ideas están todavía a medio cocinar y que no serán consideradas valiosas. O, tal vez, te hayas incorporado a la empresa a distancia y te sientas reservado con tus nuevos compañeros de equipo o con tus colegas más veteranos. Pero puedes mejorar haciendo ciertos cambios de mentalidad.

1) Es más difícil leer las señales físicas y sociales. En persona, era más fácil saber cuándo era conveniente y apropiado expresar tu opinión: alguien podía inclinarse hacia ti o hacerte un gesto para invitarte a responder. Pero notar estas expresiones en la pantalla es difícil, e incluso imposible en un equipo muy grande.

2) Si eres un empleado junior o alguien que se ha incorporado a la empresa a distancia y todavía se está adaptando, puede que te sientas especialmente reservado con tus nuevos compañeros de equipo o con los más veteranos. La jerarquía puede ser intimidante. No quieres parecer desinformado o tonto ante los jefes o clientes, o puedes sentir que alguien más experimentado que tú se tomará tus sugerencias como críticas personales.

Hablar en público y la voz temblorosa

A todos nos ha pasado: Te apuntas a media hora de práctica de oratoria en tu lengua meta y, nada más saludar, notas que se te escapa el primer error. No es bueno. Ahora piensan que eres un idiota, y has olvidado la palabra “pan” y mientras te devanas los sesos esa pausa se alarga y tus mejillas se ponen rojas. ¡Es hora de que se abra el terreno!

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Si todo esto le resulta familiar, no está solo. Millones de estudiantes de idiomas se sienten avergonzados cuando se trata de practicar el idioma. Especialmente cuando estás probando tu idioma en otro país, es casi imposible sentirse preparado.

No voy a hablar de aquella vez en un avión ruso en la que la azafata me gritó cosas incomprensibles, sonreí durante todo el trayecto con muchos “da, da”… y más tarde me enteré de que habían estado debatiendo si podía volar con seguridad teniendo en cuenta que pensaban que estaba embarazada. ¡Qué vergüenza!

Lo más probable es que ya estés superando los límites de tu zona de confort al hablar en otro idioma. No hay necesidad de añadir más incomodidad a tu desafío hablando con alguien que probablemente no te apoye. Los desconocidos en el mostrador, las locas azafatas e incluso los estrictos profesores no son las personas adecuadas para practicar la conversación cuando se sufre de ansiedad social o vergüenza.

Cómo superar el miedo a la vergüenza

Los artículos de Verywell Mind son revisados por médicos certificados y profesionales de la salud mental. Los revisores médicos confirman que el contenido es exhaustivo y preciso, y que refleja las últimas investigaciones basadas en la evidencia. El contenido se revisa antes de su publicación y en caso de actualizaciones sustanciales. Más información.

Amy Morin, LCSW, es la editora en jefe de Verywell Mind. También es psicoterapeuta, autora del libro superventas “13 Things Mentally Strong People Don’t Do” (13 cosas que no hacen las personas mentalmente fuertes) y presentadora del podcast The Verywell Mind.

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Las personas que padecen el trastorno de ansiedad social (TAS) suelen tener problemas con la voz. Las personas con TAS tienden a utilizar una voz tranquila y débil y pueden murmurar. La tensión resultante de la ansiedad social suele ser la culpable, ya que puede interferir en el lucimiento de su mejor voz.

Sea o no justo, tener una voz débil afecta a la forma en que los demás te ven. Tu voz establece el tipo de relación que quieres tener con alguien, ya sea de amabilidad y aceptación o de distanciamiento.

La ciencia del miedo escénico (y cómo superarlo)

A todos nos ha pasado: Te apuntas a media hora de práctica oral en tu idioma y, nada más saludar, notas que se te escapa el primer error. No es bueno. Ahora piensan que eres un idiota, y has olvidado la palabra “pan” y mientras te devanas los sesos esa pausa se alarga y tus mejillas se ponen rojas. ¡Es hora de que se abra el terreno!

Si todo esto le resulta familiar, no está solo. Millones de estudiantes de idiomas se sienten avergonzados cuando se trata de practicar el idioma. Especialmente cuando estás probando tu idioma en otro país, es casi imposible sentirse preparado.

No voy a hablar de aquella vez en un avión ruso en la que la azafata me gritó cosas incomprensibles, sonreí durante todo el trayecto con muchos “da, da”… y más tarde me enteré de que habían estado debatiendo si podía volar con seguridad teniendo en cuenta que pensaban que estaba embarazada. ¡Qué vergüenza!

Lo más probable es que ya estés superando los límites de tu zona de confort al hablar en otro idioma. No hay necesidad de añadir más incomodidad a tu desafío hablando con alguien que probablemente no te apoye. Los desconocidos en el mostrador, las locas azafatas e incluso los estrictos profesores no son las personas adecuadas para practicar la conversación cuando se sufre de ansiedad social o vergüenza.

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