Escala MRC Clasificación de la fuerza muscular
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Prueba de bipedestación en sillaDefiniciónLa prueba de bipedestación en silla (CST) de 30 segundos (30 s) desarrollada por Rikli y Jones [56] es una de las pruebas clínicas de rendimiento físico más importantes porque mide la potencia, el equilibrio y la resistencia de la parte inferior del cuerpo y la relaciona con las actividades más exigentes de la vida diaria. El CST de 30 segundos se ha utilizado ampliamente en muchos estudios no sólo para evaluar los niveles de aptitud física funcional [57], sino también para controlar el entrenamiento [58,59,60] y la rehabilitación [61]. Otra versión del test de bipedestación en silla es también muy conocida (ya que está incluida en el SPPB) y consiste en registrar el tiempo para completar cinco maniobras de bipedestación. La prueba se ha mostrado como un predictor de caídas, pero tiene algunas limitaciones. En efecto, esta prueba tiene una capacidad restringida para evaluar una amplia variación de la capacidad, que es relevante en las personas mayores, ya que algunos adultos mayores no pueden completar los cinco intentos y, por lo tanto, no se les asigna una puntuación (efecto suelo). Por lo tanto, la utilidad de esta prueba es limitada en sujetos que sufren limitaciones de movilidad de moderadas a graves. En consecuencia, para las poblaciones de edad avanzada, la literatura favorece los protocolos basados en el tiempo, como la prueba de bipedestación en silla de 30 segundos.¿Cómo medir la prueba CST de 30 segundos en la práctica clínica?
Evaluación de la función del elevador
La relevancia del músculo esquelético para la realización de todo tipo de actividades físicas (es decir, terapéuticas, recreativas, ocupacionales y otras) y la participación satisfactoria en la vida diaria y las obligaciones sociales debería ser bien apreciada por todos los que trabajan en la rehabilitación. El músculo esquelético desempeña un papel importante, primario y/o secundario, en la fisiopatología de muchas enfermedades, y la función del músculo esquelético es clave para definir la naturaleza y el alcance de las deficiencias y las limitaciones de la actividad. Por lo tanto, entender cómo medir la función del músculo esquelético y cómo interpretar los resultados de diversas pruebas fisiológicas y funcionales es un componente necesario de la formación de todos los fisiatras y profesionales de la rehabilitación. Cabe destacar que esta comprensión tiene un valor especial para el avance de la investigación en las ciencias de la rehabilitación, ya que muchas variables de resultados biológicos y funcionales utilizadas en los estudios científicos están directamente asociadas a la función y la estructura del músculo esquelético. Por último, este capítulo aborda este tema en el contexto de lo que se conoce sobre el músculo esquelético humano en la salud y la enfermedad. No revisaremos la extensa literatura sobre la función muscular basada en estudios en diversos modelos animales. Con muy pocas excepciones, las referencias serán las de estudios en humanos.
Prueba de longitud del músculo bíceps
Se midió la fuerza muscular mediante la escala del Consejo de Investigación Médica (MRC) y la función motora, mediante la Medida de la Función Motora (MFM), en 40 pacientes no ambulatorios. Las pruebas de Spearman investigaron las relaciones entre la fuerza muscular, la función motora y la edad.
Las puntuaciones totales de la MRC y la MFM estaban fuertemente relacionadas entre sí (r = 0,94; p < 0,001), pero no con la edad (r = -0,19, r = -0,31, respectivamente; p > 0,05). Se encontraron relaciones fuertes y moderadas entre la fuerza muscular parcial y las puntuaciones de la función motora. Se encontraron mayores coeficientes de correlación entre las puntuaciones totales y las dimensiones 2 (control axial/proximal) y 3 (control distal) de la MFM.
En los últimos años, la importancia de medidas de resultado precisas, fiables y sensibles en pacientes con distrofia muscular de Duchenne (DMD) ha sido subrayada11. Bartels B, Pangalila RF, Bergen MP, Cobben NAM, Stam HJ, Roebroeck ME. Función del miembro superior en adultos con distrofia muscular de Duchenne. J Rehabil Med. 2011;43(9):770-5. doi:10.2340/16501977-0841https://doi.org/10.2340/16501977-0841…
Cómo caracterizar eficazmente la función muscular completa
Figura 1. Posibles mecanismos subyacentes a los efectos de la miosteatosis. El aumento de la miosteatosis puede provocar cambios metabólicos y mecánicos en el músculo a través de diversos mecanismos. Los cambios en el metabolismo de las células musculares pueden provocar un aumento de la resistencia a la insulina y de la inflamación, lo que contribuye al desarrollo de la diabetes y de las enfermedades cardiovasculares. Las alteraciones de la arquitectura muscular también pueden conducir a la disfunción muscular y al deterioro funcional. Ambos procesos pueden incrementarse a través de la activación de los sistemas proteolíticos, que también pueden ser el resultado de un aumento de la miosteatosis.
Además de los posibles efectos de la miosteatosis en la función muscular y de movilidad a través de cambios en el metabolismo muscular local, la miosteatosis también puede ser perjudicial para la función muscular y de movilidad debido a los cambios mecánicos en el músculo que se producen en presencia de la miosteatosis, lo que conduce a cambios en la orientación de las fibras musculares (Yoshida et al., 2012a). Junto con la pérdida de elasticidad en los músculos del manguito de los rotadores, se ha planteado la hipótesis de que el exceso de miosteatosis conduce a una alteración en el ángulo de pennación de las fibras contráctiles, lo que resulta en un ángulo mecánico desfavorable y una reducción concomitante en la producción de fuerza (Meyer et al., 2004; Gerber et al., 2007). Hasta donde sabemos, ningún estudio ha examinado el efecto de la miosteatosis sobre la elasticidad o el ángulo de pennación en los músculos locomotores. Por último, las citoquinas proinflamatorias (Vettor et al., 2009) secretadas por el tejido adiposo en el microentorno del músculo esquelético pueden provocar la proteólisis y el catabolismo muscular (Ebisui et al., 1995; Hegarty et al., 2002; Zoico et al., 2010). La figura 1 resume los posibles mecanismos que subyacen a los efectos de la miosteatosis.