Desequilibrio muscular en el pecho
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El desequilibrio muscular se produce cuando un grupo de músculos -por ejemplo, los pectorales- tiene una fuerza o un tamaño desigual en comparación con un grupo de músculos opuesto -por ejemplo, los dorsales-. Estas diferencias en el funcionamiento de los músculos pueden hacer fracasar tu duro trabajo en el gimnasio y provocar graves lesiones.
Cuando un músculo es débil y el otro está hiperactivo, el cuerpo adopta una mala postura, como hombros redondeados o una espalda baja excesivamente arqueada, lo que también limita la movilidad de las articulaciones y hace que ciertos músculos se vuelvan rígidos.
¿Qué aspecto tiene un músculo corporal desigual y cómo saber si lo tienes? Sigue leyendo para conocer los cuatro desequilibrios musculares más comunes, una prueba rápida para saber dónde estás y cómo solucionarlos exactamente.
Si tienes los hombros redondeados, probablemente también tengas joroba. Esto requiere un conjunto de ejercicios correctivos diferente al de los hombros redondeados. Además de los ejercicios anteriores, tienes que trabajar para recuperar la flexibilidad y la movilidad en tu columna torácica. Utiliza estos estiramientos antes de tu próximo entrenamiento.
Causas del desequilibrio muscular
Si has acudido a un fisioterapeuta con una lesión, posiblemente habrás oído que tus “músculos están desequilibrados”. Probablemente le hayan explicado que este desequilibrio es la causa del dolor que padece, ya sea un dolor postural, una lesión muscular como una distensión o una tendinitis, o una irritación articular.
Cuando observas a un niño que no tiene dolor y ves que se mueve mientras juega o se sienta mientras come, tiene un aplomo y una postura impresionantes. Su forma de moverse es desinhibida y como debe ser. Su postura se mantiene con equilibrio a través de todos los músculos que deben trabajar para sostener sus pequeños cuerpos. Todavía no se han visto afectados por las posturas de estar sentados todo el día como nosotros los adultos, ni por el sedentarismo o los malos hábitos posturales.
A medida que nos acostumbramos a nuevas posturas “aprendidas” que no son las ideales, los músculos empiezan a trabajar de forma alterada. Estos lentos e insidiosos cambios en nuestro cuerpo se convierten en la nueva forma de sostenernos, en los nuevos hábitos. Algunos músculos empezarán a trabajar con más fuerza o tendrán un mayor tono y otros se debilitarán.
Desequilibrio muscular en la espalda
El desequilibrio muscular es el resultado de un sobreentrenamiento de un grupo muscular y un subentrenamiento de otro. Esto puede ocurrir debido a actividades repetitivas. Por ejemplo, si su única actividad es correr, con el tiempo puede experimentar debilidad en los isquiotibiales. Sus preferencias de ejercicio también pueden influir. Si le gusta entrenar los bíceps, pero no le gusta entrenar los tríceps, es posible que no haga el mismo esfuerzo con cada ejercicio o que se salte los que no le gustan. Con el tiempo, los grupos musculares fuertes pueden compensar en exceso los grupos musculares más débiles, lo que provoca un desequilibrio aún mayor.
La disminución del equilibrio muscular debida a actividades repetitivas o a un programa de entrenamiento de fuerza deficiente puede tardar en manifestarse. A veces es visible en la postura. Al estar de pie, una cadera o un hombro puede estar más alto que el otro. Los hombros pueden estar redondeados o la columna vertebral curvada. El desequilibrio muscular también puede provocar dolor, especialmente en la articulación de la rodilla y en la zona lumbar.
Para mejorar el equilibrio muscular es necesario comprometerse con un programa de ejercicios completo que entrene por igual todos los grupos musculares. Al ampliar el enfoque de tus entrenamientos y reconocer los hábitos de entrenamiento que causan desequilibrio, puedes mejorar la fuerza, disminuir el dolor y reducir el riesgo de lesiones.
¿Es malo el desequilibrio muscular?
El desequilibrio muscular puede describirse como la igualdad respectiva entre el antagonista y el agonista, este equilibrio es necesario para el movimiento y las funciones musculares normales[1] El desequilibrio muscular también puede explicarse en el escenario donde el músculo se desempeña fuera de la función muscular fisiológica normal[2][3].
Se considera que el equilibrio muscular es la acción armoniosa en la que los músculos que rodean una articulación trabajan juntos con una fuerza opuesta normal para mantener centrados los huesos implicados en la articulación, logrando así el movimiento humano[3] Los músculos que se han desequilibrado suelen ser el resultado de una adaptación o una disfunción, y pueden clasificarse como funcionales o patológicos.
Los síntomas clásicos de los desequilibrios musculares suelen ser el dolor asociado a la articulación afectada[1]. Los síntomas pueden variar en función de la fase en que se encuentre su desequilibrio muscular, funcional o patológico, pero suelen presentar pequeños daños o lesiones en los tejidos acompañados de un cambio en los patrones de movimiento de los músculos[1]. Los síntomas pueden aparecer después de una lesión o una intervención quirúrgica, cuando la recuperación de la articulación afectada se deja sin tratar, lo que provoca una tensión o una restricción de la flexibilidad y la fuerza de los principales motores[2].