Tipos de actividad física
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La actividad física es importante para todos. Los beneficios para la salud son enormes, e incluyen la disminución de la presión arterial, la mejora de los niveles de azúcar en sangre, la reducción de los niveles de triglicéridos, la disminución del dolor en las articulaciones y el aumento de los niveles de energía. La actividad física disminuye el riesgo de padecer enfermedades crónicas, responsables de cinco de las seis principales causas de muerte en Estados Unidos. Perder tan sólo un 10 por ciento del peso corporal total puede reportar importantes beneficios para la salud.
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Beneficios de la actividad física para la salud: las pruebas
La actividad física regular es una de las cosas más importantes que puede hacer por su salud. La actividad física puede mejorar la salud del cerebro, ayudar a controlar el peso, reducir el riesgo de enfermedades, fortalecer los huesos y los músculos y mejorar la capacidad de realizar las actividades cotidianas.
Algunos beneficios de la actividad física para la salud del cerebro icono pdf[PDF-14.4MB]icono externo se producen justo después de una sesión de actividad física moderada o vigorosa. Los beneficios incluyen la mejora del pensamiento o la cognición para los niños de 6 a 13 años y la reducción de la sensación de ansiedad a corto plazo para los adultos. La actividad física regular puede ayudar a mantener la agudeza del pensamiento, el aprendizaje y la capacidad de juicio a medida que se envejece. También puede reducir el riesgo de depresión y ansiedad y ayudarle a dormir mejor.
Tanto los patrones de alimentación como las rutinas de actividad física desempeñan un papel fundamental en el control del peso. Se gana peso cuando se consumen más calorías comiendo y bebiendo que la cantidad de calorías que se queman, incluidas las que se queman durante la actividad física.
Recomendaciones mundiales de la OMS sobre la actividad física para la salud
La contribución de la actividad física a la buena salud y la calidad de vida se conoce desde hace siglos. El antiguo filósofo Platón señaló: “La falta de actividad destruye la buena condición de todo ser humano, mientras que el movimiento y el ejercicio físico metódico la salvan y la conservan”. Las directrices actuales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) demuestran que la noción de Platón no ha perdido su importancia, ya que animan a todas las personas, independientemente de su edad o capacidad, a realizar una actividad física regular, lo que garantiza un desarrollo físico adecuado y el mantenimiento de la salud física y mental a lo largo de toda la vida1.
Sin embargo, hace relativamente poco tiempo que la falta de actividad física se ha convertido en un problema de salud pública. Esto se debe, en gran medida, a la reducción de las necesidades de actividad en la vida cotidiana. Los vehículos, las máquinas y la tecnología realizan ahora las tareas que antes requerían un esfuerzo físico.2,3 Las investigaciones muestran un marcado descenso de los niveles generales de actividad física en los países de renta alta durante los últimos 40 años, y los países de renta media e incluso baja están abocados a seguir esta tendencia.2 La OMS estima que el 35% de los europeos no alcanza el nivel mínimo de actividad recomendado para gozar de buena salud,2,4 y se prevé que esta cifra aumente; no sólo en Europa, sino en muchos países del mundo.2
Actividad física y salud mental
La actividad física regular puede aliviar el estrés, la ansiedad, la depresión y la ira. ¿Conoces esa “sensación de bienestar” que tienes después de hacer algo físico? Piensa en ello como una píldora de la felicidad sin efectos secundarios. La mayoría de las personas notan que se sienten mejor con el paso del tiempo cuando la actividad física se convierte en una parte habitual de sus vidas.
Sin una actividad regular, el cuerpo pierde poco a poco su fuerza, su resistencia y su capacidad de funcionar correctamente. Es como el viejo dicho: no se deja de mover por envejecer, se envejece por dejar de moverse. El ejercicio aumenta la fuerza muscular, lo que a su vez aumenta la capacidad de realizar otras actividades físicas.
Es cierto, los 70 son los nuevos 60… pero sólo si estás sano. Las personas que son físicamente activas y tienen un peso saludable viven unos siete años más que las que no son activas y son obesas. Y lo importante es que esos años adicionales suelen ser más saludables. Mantenerse activo ayuda a retrasar o prevenir las enfermedades crónicas y las asociadas al envejecimiento. Así, los adultos activos mantienen su calidad de vida y su independencia durante más tiempo a medida que envejecen.