Rutina diaria de entrenamiento
Índice de Contenidos
Le pedimos al fisiólogo del ejercicio acreditado, Alex Lawrence, que repasara los cambios que puedes esperar en tu cuerpo al aumentar tus niveles de actividad física. En su mayoría, los cambios son muy, muy positivos.
En cuanto empieces a hacer ejercicio, tu cuerpo responderá estimulando e inhibiendo procesos fisiológicos que te permitirán hacer ejercicio de forma más eficiente. Por ejemplo, su sistema cardiorrespiratorio aumenta su actividad por encima de la que tendría en reposo, mientras que el sistema digestivo se ralentiza.
En los primeros diez minutos, su ritmo cardíaco aumenta, lo que significa que hay un mayor suministro de sangre al cerebro, lo que le hace estar más alerta, bloquea las señales de dolor y, a continuación, el cuerpo utilizará diferentes sistemas de energía en función de la duración y la intensidad del ejercicio.
Al cuerpo no le gusta malgastar energía, por lo que siempre intenta trabajar de la forma más eficiente posible y volver a un estado de equilibrio. El “cardio” y el “entrenamiento con pesas” son diferentes, por lo que el cuerpo responderá de forma distinta. Por ejemplo, el sistema de energía preferido por el cuerpo para esa actividad y priorizar el suministro de sangre a los músculos más activos.
Entrenamiento diario
Andrew Lavender no trabaja, asesora, posee acciones ni recibe financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no ha revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.
Tal vez su médico de cabecera le haya recomendado hacer más ejercicio, o haya tenido un susto reciente con su salud. Tal vez su familia le ha estado regañando para que se levante del sofá o usted mismo ha decidido que es hora de perder algo de peso.
¿Cómo encontrar la motivación, el tiempo y los recursos para ponerse en forma, sobre todo si hace tiempo que no hace ejercicio? ¿Cómo elegir el mejor tipo de ejercicio? ¿Y es necesario un chequeo de salud antes de empezar?
Comprender el efecto que tiene el sedentarismo en la salud es algo que a menudo sólo se percibe después de un acontecimiento grave, como una mala noticia del médico. Para algunas personas, eso suele ser suficiente motivación para empezar.
Encontrar el tiempo y el esfuerzo para incluir el ejercicio en la rutina diaria es un reto. Sabemos que la “falta de tiempo” es una razón común para no hacer ejercicio. Y muchas personas, como los oficinistas o los operarios de vehículos o máquinas, tienen un bajo nivel de actividad en el trabajo y no tienen ganas de hacer ejercicio después de una larga jornada.
Gimnasio para principiantes mujer
Eso me parece divertidísimo ahora. Mis rutinas antes de la pandemia se desmoronaban con fuerza y rapidez. Algunos días, me daba cuenta a la hora de cenar que no sólo no me había duchado o vestido ese día, sino que ni siquiera me había lavado los dientes.
A pesar de que he entrenado a la gente durante mucho tiempo en un método muy eficaz, basado en la ciencia, para la formación de hábitos, tuve dificultades. A decir verdad, durante los primeros meses de la pandemia me negué más o menos a seguir mi propio consejo.
Cuando comenzó la pandemia, abracé con optimismo la idea de que podía volver a correr al aire libre. Elegí una media maratón para entrenar y pasé una semana más o menos elaborando un plan de entrenamiento diario detallado. Sin embargo, sólo me ceñí a ese plan durante unas pocas semanas: toda esa planificación y preparación sólo me llevó a un espectacular fracaso en el ejercicio.
Me salté mis carreras de entrenamiento a pesar de sentir que la importancia del ejercicio y la buena salud que aporta nunca había sido tan clara. A pesar de saber que reduciría a la mitad mi riesgo de padecer enfermedades cardíacas. A pesar de saber que el ejercicio reduce radicalmente la probabilidad de contraer cáncer o diabetes y que es tan eficaz como los medicamentos recetados cuando se trata de reducir la depresión y la ansiedad, que mejora nuestra memoria y el aprendizaje, y que hace que nuestro cerebro sea más eficiente y más potente.
Cómo hacer un plan de entrenamiento
Tu guía para vencer el estrésCaminar es la forma más fácil de hacer ejercicio a diarioLa forma más fácil de incluir algo de actividad física en tu día es caminar siempre que puedas. ¿Va a trabajar? Bájate una o dos paradas antes y camina el resto del camino hasta la oficina. Cuando llegue la hora de comer, camine a paso ligero hasta su lugar favorito en lugar de coger el autobús o conducir.Evite los periodos largos de inactividadSi tiene un trabajo de oficina, haga una pausa de cinco minutos cada hora. ¿No tienes tiempo para caminar? Levántate y haz algunos ejercicios sencillos como extensiones de piernas en tu escritorio. Incluso puedes hacer un poco de entrenamiento de fuerza levantando una o dos botellas de agua llenas. Así de sencillo es tener una rutina de ejercicios en el trabajo, así que no hay excusa para no tener tiempo para hacer ejercicio. Salir de casaCuando llegue el fin de semana, ¿por qué no dar un paseo por el parque de la Costa Este con la gente en lugar de estar pegado al sofá viendo la televisión? Incluso mirar los escaparates de un centro comercial del barrio aumentará tu número de pasos.Si necesitas más motivación para seguir caminando, participa en la