Falta de energía vital
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Evidentemente, esto conlleva un aumento de la energía necesaria para hacer frente a los compromisos, lo que se traduce en una mayor fatiga física y mental. Además, este estrés aumenta cuando nos encontramos en determinados momentos del año, como el cambio de estación o durante los periodos de convalecencia tras una enfermedad.
Evidentemente, todas estas son señales de que hay que cambiar algo en la forma de vivir en ese momento. Entonces, ¿qué puedes hacer para combatir esta astenia y recuperar tu fuerza y energía mental y física?
Sin duda hay que actuar sobre las causas que han llevado a esta situación y tratar de aliviar la pesada cabeza llena de toda la información acumulada y el estrés emocional. A continuación te presentamos los fantásticos remedios que muchas personas olvidan para recuperar la energía rápidamente y sentirse recargado.
(La información contenida en este artículo es meramente informativa y en ningún caso sustituye el consejo médico y/o el consejo de un especialista. Tampoco constituye una base para hacer un diagnóstico o prescribir un tratamiento. Por ello, le recomendamos que acuda siempre a un médico o a un especialista y que lea las advertencias AQUÍ).
Síntomas de fatiga física y mental
Por muchas razones, no todos somos capaces de asimilar en nuestra dieta la cantidad adecuada de vitaminas, minerales y otras sustancias que nos ayuden a recuperar la energía en determinados momentos de cansancio.
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Cómo recuperarse de la fatiga física
Dado que la energía proporcionada por el ATP soporta todas las formas de trabajo en nuestro cuerpo, es la moneda energética de nuestras células. El cuerpo no tiene un gran suministro de ATP. De hecho, el cuerpo humano tiene almacenados entre 80 y 100 gramos de ATP, que sólo son capaces de satisfacer la demanda de energía durante unos segundos.
La digestión comienza con la masticación: los alimentos deben masticarse cuidadosamente para favorecer la “amilasa salival”, que permite la primera digestión de los almidones contenidos en los hidratos de carbono complejos (azúcares).
En efecto, la resíntesis del ATP se basa en el ADP (formado por el desdoblamiento previo del ATP debido a su utilización), al que se añade fosfato (cedido por la fosfocreatina).
Sin entrar en los detalles de los procesos bioquímicos que conducen a la producción de ATP, nos interesa saber que además de la molécula mencionada anteriormente, este tipo de metabolismo también produce un producto de desecho, el ácido láctico.
Por lo tanto, se han formulado clasificaciones sobre las respectivas tendencias psíquicas de estos modelos, que, según los componentes predominantes, pueden distinguirse como emocionales, llamados viscerotónicos (relativos al endomorfo), activos, llamados somatotónicos (relativos al mesomorfo), pasivos, llamados cerebrotónicos (relativos al ectomorfo).
Suplementos para la fatiga física y mental
Las medidas adoptadas para cumplir estos objetivos están contribuyendo a reducir las emisiones europeas de gases de efecto invernadero, que en 2015 se redujeron en torno a un 22 % con respecto a su nivel de 1990 y disminuyeron en todos los sectores principales, excepto el transporte, la refrigeración y el enfriamiento. Durante este periodo, las mayores reducciones se registraron casi por igual en los sectores de la industria y el suministro de energía.
El compromiso de reducción de la UE relacionado con la Decisión de Esfuerzo Compartido y el RCCDE está respaldado por una amplia gama de políticas y estrategias a largo plazo. Por ejemplo, los cambios en el uso del suelo, como la deforestación o la forestación, pueden afectar a las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera. Para ello, en julio de 2016, la Comisión Europea presentó una propuesta legislativa para incluir las emisiones y absorciones de gases de efecto invernadero a la atmósfera derivadas del uso del suelo, el cambio de uso del suelo y la silvicultura dentro del marco climático y energético de la UE para 2030.