Llega el momento de que todos los niños se rebelan contra las reglas y no estamos hablando de desafíos comunes de los adolescentes, sino de una postura que ocurre muy pronto, alrededor de los dos años. Los expertos los llaman “los dos terribles” y la expresión ya da una buena idea de lo que cualquier padre debería esperar.

Es un período muy especial, en el que el niño comienza a definirse como persona y comienza a pensar que puede pedir, exigir y elegir. Decir no adquiere para él una función evolutiva: es una forma de aprender a comprender lo que quiere. Es una primera forma de lidiar con el respeto a las reglas de mamá y papá.

A menudo, sin embargo, los caprichos también aparecen y pueden acompañar todo el desarrollo de la niño en edad escolar. Cuando esto sucede, la situación es muy diferente y merece una lectura aparte.

En este sentido, el capricho del niño adquiere un valor específico y se convierte en una primera señal de alarma. Muchos padres confunden estas posiciones con una simple mala educación o terminan juzgando al niño demasiado mimado. En realidad, la educación y el vicio tienen muy poco que ver con eso.

A veces detrás del caprichos de los niños se ocultan las dificultades de la pareja parental para saber gestionar el crecimiento de su hijo en pleno acuerdo y armonía. En otros casos, el capricho se convierte en un grito de ayuda en un momento en el que la familia atraviesa un período de preocupación y dificultad.

Desobedecer y luchar sirve para reporta tu malestar, para indicar que hay sufrimiento latente. Hay muchas formas en las que esto puede suceder: hay quienes gritan y quienes se niegan a ir a la escuela, quienes tiran juegos al suelo y critican a mamá y papá. En estos casos, la acción inmediata es la única solución.

Los caprichos de los niños: 10 formas de lidiar con ellos

Entonces, ¿qué pueden hacer los padres para aprender a manejar caprichos de los niños? ¿Cuál es la mejor actitud a mantener? Intentemos aclarar un poco para encontrar estrategias óptimas y abordar seriamente el problema.

1 Manten la calma

Es difícil, pero es fundamental. Si respondemos a los gritos de los niños con gritos o si respondemos a sus caprichos con chantaje, entonces el ambiente en casa se sobrecalienta y una solución pacífica se vuelve inalcanzable. LatTranquilidad y la paciencia en cambio, nos permiten mantener la claridad y encontrar una salida a este círculo vicioso.

2 No te rindas

El capricho también se convierte en una especie de prueba con la el niño comienza a ver hasta dónde puedes llegar. Si cedes a los primeros gritos porque quizás estás fuera y te da vergüenza que la gente os mire, o porque en ese momento no quieres discutir, pronto el niño entenderá que con poco podrá mejorar. Ser firme y estar convencido de la respuesta por tanto, es indispensable.

3 Hablar con tu pareja

Nunca nos cansaremos de repetirlo, pero emparejarse con el otro padre es necesario cuando se trata de abordar los problemas de los niños. Si el otro está distante y no quiere saber nada del tema, involúcralo y hazle saber que su presencia es fundamental para entender cómo solucionar el problema. Evita discutir este punto delante de los más pequeños: los problemas de los adultos no deben preocupar a los niños.

4 Acuerda las reglas

Ambos tenéis que mostraros unidos sobre las reglas que deben respetarse. El error más común es tener diferentes ideas sobre cómo criar a los niños, quienes hábilmente explotan esta divergencia para venceros. ¿Cuántas veces ha sucedido que uno de los dos permitió no respetar una regla, en secreto del otro padre, considerado el “policía de la casa”? Dar una imagen desequilibrada en este sentido pone en riesgo el proceso educativo.

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5 Se claro sobre las reglas de la casa

A menudo los niños no tienen muy claro las reglas que deben respetar, quizás nunca ha habido un momento para discutir lo que es bueno o no hacer. Este es un primer paso para hacer entender para los niños cuales son las actitudes para evitar. Al mismo tiempo, deben tener clara la posibilidad de que haya castigos si no se respetan las reglas.

6 ¿Es correcto castigar?

Cuando se rompe la regla, el niño debe entender que está equivocado y esto solo puede suceder si hay un dialogo activo con padres. Una vez aclarado el error, se puede establecer castigo simbólico que ayuda a comprender el significado de lo que sucedió. El castigo debe ser apropiado para la edad y no debe nunca resultar en una privación demasiado grande.

No poder ver la televisión por una noche o dejar la tablet apagada durante una semana son ejemplos de castigos efectivos. También puedes reemplazar la privación con actividades, como ayudar a papá a limpiar el garaje o poner en orden el dormitorio. Lo importante es que cada decisión se debe explicar y no se hace a gritos. Solo así el niño aprenderá la relación entre la transgresión y la consecuencia y le dará un valor diferente a la regla.

7 La educación pertenece solo a sus padres

La intromisión de los abuelos, los juicios de la niñera, la opinión de la cuñada, muchas veces solo terminan empeorando la situación. Como padre, debes comprender cómo lidiar con los caprichos de los niños sin delegar tus responsabilidades.

Mostrarte ante los problemas, débil e inseguro, transmitirá a los niños la idea de que pueden actuar como mejor les parezca, porque tienes miedo. Toma las riendas de la situación y afronta el problema de frente.

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8 ¿Estáis en crisis como pareja?

Las tensiones matrimoniales a menudo surgen a consecuencia de las diferencias en la forma de educar a los niños. Una de las situaciones clásicas es que los niños se desviven por distraer a los padres de sus problemas. ¿Qué mejor medio que yo? caprichos y el desobediencia para sacudir una pareja?

De alguna manera, el niño es como si estuviera sacrificando su propia serenidad con la esperanza de que la paz regrese. Cuando notes que la situación está empeorando, puede ser útil pensar en acudir a terapia de pareja.

9 ¿Estás lo suficientemente presente?

Otra situación típica es la sensación de soledad de los niños, a menudo causada por demasiado trabajo de mamá y papá. Los caprichos en este sentido podría convertirse en una herramienta para llamar tu atención. Actúa de manera proactiva y trata de dedicar tiempo de calidad a tus hijos cuando regreses del trabajo.

10 Pedir ayuda

Si la situación se vuelve insoportable y el clima en la familia es siempre tenso, tal vez sea apropiado investigar más para comprender lo que está sucediendo. Si hay problemas en casa, si estás pasando por un momento difícil en el trabajo, si estás preocupado por la salud de algún familiar. En estas condiciones, podría ser útil evaluar el apoyo de un terapeuta familiar que ayude a padres e hijos a recuperar la serenidad.

¿Cómo lidias con los caprichos de tus hijos? ¿Cuáles son las estrategias educativas que adoptas habitualmente? ¡Háznoslo saber en los comentarios!