Aunque este año parecía que el verano no quería llegar nunca, con lluvias repentinas, noches muy frescas y nubes grises sobre nuestras cabezas, por fin ha llegado el verano con todo su calor.

Por lo tanto, han comenzado las oportunidades para que nosotras las madres desconectemos y finalmente disfrutemos de un poco de relajación junto al mar con nuestros hijos.

La playa es, de hecho, un lugar que nos permite a las mujeres aligerar nuestros pensamientos, dejando libres a nuestros hijos para que jueguen y experimenten con lo que nos ofrece la naturaleza, combinando la diversión del juego con actividades sensoriales y educativas.

Podemos dejar a los niños, tanto pequeños como mayores, libres para que jueguen con la arena, pero podemos darles pequeñas indicaciones sobre los juegos a jugar.

Equilibrio y rapidez de acción

Invitémoslos, por ejemplo, a llevar agua desde un cubo a otro, mediante un vaso que, después de haberlo llenado hasta el borde, deberá poder transportar todo de un lugar a otro. Sin embargo, con los niños mayores, puede crear carreras de velocidad real sobre quién es el primero en llenar el cubo con agua.

Juegos para niños a partir de 3 años: desarrollo del tacto

Organizar actividades de desarrollo sensorial: llenar el balde con agua y arena y esconder pequeños objetos en su interior (conchas, piedras, palos, etc…). Véndales los ojos e invítelos a buscar los objetos con las manos, adivinando lo que son, solo con la ayuda del tacto.

Juegos para niños: tacto y vista

Organiza una pequeña búsqueda del tesoro. Después de delimitar un pequeño espacio, haz agujeros en la arena e inserta, a diferentes profundidades, los objetos que encuentres en la playa. Luego invita a sus hijos a buscar tesoros escondidos. También puedes organizar concursos para encontrar la mayor cantidad de artículos.

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Y si la playa no es de arena sino de piedras?

Aquí también hay varias actividades para ofrecer a los niños, como recoger los guijarros más raros que encontramos en la playa, o buscar cristales, cuyos bordes ahora han sido suavizados por el movimiento del agua que lleva los guijarros.

O de nuevo actividades de coordinación ojo-mano, cómo equilibrar varias piedras (del tamaño de una mano) en una fila una encima de la otra.

En resumen, las posibilidades son muchas y, sin duda, a sus hijos no les faltará el deseo de experimentar con juegos nuevos y atractivos.