La noticia había rebotado de un extremo del planeta al otro. el pasado 26 de octubre: las autoridades japonesas han prohibido las importaciones de mermelada de la empresa Vicenza Rigoni di Asiago por haber encontrado rastros de elementos radiactivos en exceso a la normativa vigente en el país nipón. En particular, la mermelada de arándanos “Fiordifrutta” mostró un nivel de cesio 137 igual a 140 becquerel (Bq) por kilogramo de producto, valor que, aunque muy por debajo del umbral de alarma según las normas del viejo continente, no está permitido en Japón. Inevitable el hecho de que la noticia haya generado una notable reacción violenta creando quizás un alarmismo excesivo y etiquetar la producción de Rigoni como “radiactiva”. En realidad es una conclusión apresurado y poco científico. Por eso la mermelada Rigoni no es peligrosa y el “pánico” entre los consumidores no está justificado.

Los “niveles de umbral” japoneses y europeos

Las reacciones del mercado suelen ser el resultado de sensaciones mal consideradas y no de noticias en profundidad y este es el caso de Rigoni jam y su presunta radiactividad. La pregunta radica esencialmente en la reacción psicológica que lógicamente ha invertido a todo Japón después de la infame tragedia de Fukushima: una de las consecuencias de este lamentable hecho fue el endurecimiento de numerosas normativas relacionadas con el control de los niveles de elementos y sustancias radiactivos contenidos en los productos alimenticios. Por ello en la tierra del Sol Naciente, el límite anterior vigente de 500 Bq / Kg de producto para el cesio 137 se redujo drásticamente a 100 Bq / Kg, un umbral muy inferior al vigente en la Comunidad Europea que para la misma sustancia prevé un máximo de 370 Bq / Kg para productos lácteos y para niños y 600 Bq / Kg para el resto de productos alimenticios. Por lo tanto, es evidente que la mermelada Rigoni está muy por debajo de este límite y, por lo tanto, es absolutamente segura para nuestra legislación.

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La base científica de los límites europeos

Pero, ¿cómo se puede explicar esta diferencia dentro de los límites permitidos? ¿Es la legislación europea demasiado laxa? Según los hallazgos científicos absolutamente no. El límite actual de 600 Bq / Kg es difícil de alcanzar en cualquier tipo de alimento y, para dar una idea de lo bajo que es el riesgo, alcanzar el umbral de seguridad anual máximo en la absorción per cápita de cesio establecido por la ley italiana que incorpora las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud, incluso considerando las radiaciones naturales a las que inevitablemente se ve sometido, un sujeto debe ingerir una cantidad equivalente a medio kilo de mermelada por día todos los días del año asumiendo que el El producto contiene el límite máximo de 600 Bq / Kg. En conclusión, volviendo a los niveles reales de cesio contenidos en el producto, al ingerir dos porciones al día de mermelada igual a unos 50 gramos, la cantidad total de radiactividad absorbida en el año sería igual a 2,5% del límite máximo de seguridad y en todo caso igual al 1% de la absorbida por un individuo como consecuencia de la radiactividad natural. En conclusión, los productos que acaban en las estanterías de las tiendas y supermercados italianos, incluida la mermelada Rigoni, son seguros y controlados y podemos comprarlos con tranquilidad.

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