Lavado nasal: todas las ventajas de mantener limpia la nariz
Tenere pulito il nasino consente una buona respirazione e allontana dal pericolo di infezioni più serie
Tenere pulito il nasino consente una buona respirazione e allontana dal pericolo di infezioni più serie
Es muy importante mantener limpia la nariz del bebé, porque al menos hasta en el año de vida respira exclusivamente con este órgano. Esto significa que en caso de un resfriado o incluso una pequeña obstrucción, el bebé puede tener dificultades para dormir y alimentarse, lo que lo pone nervioso y fácil de llorar.
Además de todo, lo que necesitas saber es que los niños no pueden sonarse la nariz por sí mismos hasta al menos los tres años. Esto requiere que la nariz siempre se limpie del exceso de moco para evitar que los virus, las bacterias y el polvo proliferen o peor se propaguen al vías respiratorias profundas (pulmones y bronquios).
Los pediatras generalmente aconsejan dos métodos para el limpiar la nariz que también se pueden realizar juntos: el lavado nasal y la eliminación de moco.
Siempre es preferible hacer esto antes de las comidas y en los casos de necesidad real porque a veces la solución fisiológica puede “resbalar” en la garganta, induciendo al vomitó. Las primeras veces, si es necesario, busca la ayuda de otro adulto, porque te aseguro que a tu hijo no le gustará en absoluto y hará todo lo posible para liberarse de tu intervención.
El lavado nasal aporta numerosas ventajas: no solo sirve a un desbloquear las fosas nasales invadidas por flema y moco, sino también para limpiar la mucosa nasal de polvos, alérgenos y bacterias, así como un humedecer la membrana mucosa.
Para hacerlo necesitas una simple solución fisiológica, eso significa agua y sal: en el mercado existen varios tipos de soluciones fisiológicas o agua de mar en viales de dosís única de 5 ml. Si quieres ahorrar dinero, también puedes comprar frascos de un litro de solución salina fisiológica a tu farmacéutico que cuestan mucho menos, pero necesitarás tener una jeringa sin aguja que usarás como bomba para rociar las fosas nasales.
Para realizar un lavado nasal correcto tienes que acostar al bebé en el cambiador y bloquearlo con tu cuerpo para evitar que lo haga movimientos bruscos y repentinos. En este punto, gira ligeramente su cabeza hacia un lado e inserta el vial o la jeringa suavemente en la fosa nasal que quede arriba, inyectando el líquido contenido en la dirección del oído opuesto.
De esta forma el líquido se distribuirá uniformemente de una fosa nasal a la otra, garantizando una lavado completo. En este punto puedes repetir la operación, girando la cabeza hacia el otro lado.
Al final, sienta a tu hijo y recoge con un pañuelo limpio el exceso de agua y moco expulsado por las fosas nasales.
Pero cuando el el frío es particularmente intenso y su hijo está luchando para respirar (especialmente junto con la tos), también debes continuar con la eliminación de moco, que en este punto se habrá suavizado gracias al lavado nasal. Para hacer esto, es posible que necesites un aspirador nasal que está formado por una pequeña contenedor cisterna, un filtro desechable y de un tubo. Gracias a su forma anatómica, el depósito se inserta en la fosa nasal del niño, succionando el moco del otro extremo del tubo con la boca.
Al ser transparente te permite ver el resultado, una sugerencia es que seas delicado en la succión para no correr el riesgo de romper los capilares de la nariz ya inflamados por el frío.