Cuando nace un niño, abandona la atmósfera cálida y protegida del útero. Para nueve meses estaba arrullado por los movimientos de su madre y los tranquilizadores y apagados sonidos de los latidos de su corazón. Con el nacimiento, todo cambia y, a menudo, la transición al mundo real puede convertirse en una especie de trauma que se refleja inevitablemente en comportamiento del recién nacido y también sobre su bienestar general.

Los nuevos padres a menudo, a pesar de estar muy contentos con el nacimiento de su hijo, manifiestan una sensación de desorientación debido a su llorar oa estados de irritabilidad, que no saben cómo lidiar con ellos.

En estos casos, el masaje neonatal, que es un conjunto de técnicas que ayudan no solo a restaurar esaequilibrio que falleció con el nacimiento, sino también para solucionar pequeñas dolencias como la cólico o estreñimiento. Las técnicas de masaje son innumerables e igualmente numerosos son los centros que, con unas pocas lecciones, enseñan las reglas básicas.

Sin embargo, si no quieres asistir a un curso de masaje real, recuerda que más allá de la técnica, lo realmente importante es establecer un contacto físico entre mamá (y papá) y el bebé. Es bueno preferir un momento del día para dedicarlo a este propósito. El ideal sería justo después de la baño de bebe cuando el bebé está acostado en el cambiador, listo para ser vestido.

Toma alguno crema hidratante o aceites sin perfume, caliéntelos en sus manos si está en la estación fría y comience a masajear la piel desnuda de su bebé con movimientos circulares y suaves. Mientras tanto, hable con su bebé, llámelo por su nombre y dígale lo que está haciendo en un tono de voz suave y gentil.

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Al principio, la “sesión” de masaje podía durar unos minutos, luego con el tiempo incluso unos diez minutos. La forma en que tocas a tu bebé también cambiará: al principio procederás con cautela, luego poco a poco aprenderás qué movimientos prefiere y dónde le gusta que lo toquen y acaricien por más tiempo.

Uno Estudio científico también ha demostrado que el niño abrazado es un niño que se siente protegido y por eso crece más sereno y seguro de sí mismo. De hecho, el tacto estimula la maduración cerebral a través de las terminaciones nerviosas de la piel del bebé.

Así que no tengas miedo de mimar o malcriar demasiado a tus hijos, porque besarlos y acariciarlos a menudo no solo es bueno sino que también contribuye a impulsar el desarrollo de su cerebro. ¿Por qué no aprovecharlo entonces?