Son blancos, cándidos, pequeños, dulces y deliciosamente ligeros. Son los merengues.

Solo claras de huevo y azúcar, trabajadas durante mucho tiempo con batidor eléctrico: no hay otros secretos que desvelar.

Sin embargo, aunque todo parece sumamente sencillo, en ocasiones la preparación de los merengues crea dificultades, no dejando totalmente satisfecho a quien lo prueba.

¿Por qué? ¿Cuál es el truco?

Hay que decir que, más que la fase de elaboración, se debe prestar la mayor atención a la fase de cocción: es fundamental que se realice por tiempos prolongados a una temperatura muy baja, nunca superior a los 100 ° C. Recuerda también que cuanto más grandes sean los merengues, más tiempo tendrán para cocinarse.

Esto, de hecho, permitirá que los merengues no se oscurezcan y se sequen por dentro, adquiriendo esa friabilidad característica que les es propia.

Utilizando solo claras de huevo, la preparación de merengues ciertamente ayuda a aquellos que, después de haber amasado una masa, se encuentran sin yemas pero con un exceso de claras.

Por lo tanto, los merengues también son un postre inteligente y bueno. Se conservan durante mucho tiempo en lata y son aptas tanto para disfrutarlas solas como acompañamiento de té o café, como para decorar de forma deliciosa postres como mousse, budines o cremas a copas.

Ingredientes

Índice de Contenidos

  • 200 gramos de claras de huevo
  • 400 gramos de azúcar blanca

Preparación

  1. En una cacerola grande, combine las claras de huevo y el azúcar.
    Primero batir vigorosamente con un batidor de mano solo para mezclar los ingredientes. Llevarlo al fuego y, a fuego lento, dejar que la mezcla alcance una temperatura de 40 ° mientras se bate. De esta forma el marco quedará perfecto.
    Ahora vierte la mezcla en un bol y bátela durante mucho tiempo con los látigos eléctricos hasta que esté firme, pegajosa y tenga dificultades para desprenderse de los eslabones de los látigos.
  2. Vierta la mezcla, poco a poco, en una manga pastelera con boquilla lisa o en forma de estrella y forme los merengues de la forma que prefiera (seta, mechón liso, llama, disco grande para pasteles con forma de merengue) directamente sobre el plato forrado con papel pergamino.

    Cuece los merengues en un horno precalentado a 90 ° durante unas 3 horas (dependiendo del tamaño), asegurándose de que el interior esté seco y desmenuzable.

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