Contraindicaciones del diente de león
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Aunque las hojas de diente de león se pueden encontrar en herbolarios, también se pueden recoger en la naturaleza en lugares no contaminados. Una vez lavadas, secadas y desecadas, se utilizan para preparar infusiones.
Los frutos son aquenios con el característico pappus: un mechón de pelos blancos, originado en el cáliz modificado, que, actuando como un paracaídas, ayuda a la semilla a dispersarse en el viento cuando se desprende de la cabeza.
Las hojas se recogen antes de la floración y se utilizan crudas o cocidas, solas o con otras hierbas. Tienen un sabor amargo pero agradable y son excelentes en ensaladas o añadidas a tortillas, pasteles o rellenos.
Los cogollos se consumen crudos en ensaladas o ligeramente escaldados en agua o encurtidos. Las flores abiertas se utilizan principalmente para decorar ensaladas o para preparar un jarabe conocido como miel de diente de león.
En caso de problemas digestivos, la raíz seca se toma en la dosis de 3-4 gramos de decocción o 4-10 gramos de infusión, hasta tres veces al día. A continuación se explica cómo preparar la infusión de diente de león.
Hígado de diente de león
Por lo tanto, puede utilizar el diente de león para una desintoxicación natural, para perder peso, contra el estreñimiento, para combatir la retención de líquidos y la celulitis, para aliviar el hígado cansado, para reducir los niveles de colesterol malo en la sangre, para contrarrestar los picos de azúcar en la sangre y para reducir la presión arterial. Además, se pueden preparar numerosas y sabrosas recetas con diente de león para el bienestar de toda la familia.
El diente de león, de hecho, ejerce una acción colerética gracias a unas sustancias que aumentan la secreción de bilis y facilitan la eliminación de residuos como azúcares, triglicéridos, colesterol malo y ácidos úricos. Estas supersustancias son los alcoholes triterpénicos, los esteroles y los principios amargos como el diente de león, los flavonoides, los hidratos de carbono (fructosa, inulina), los lípidos (ácidos grasos insaturados), los aminoácidos (asparagina y arginina), los taninos, las sales minerales (especialmente el potasio), la provitamina A y las vitaminas B y C.
El diente de león también actúa para combatir el estreñimiento, ejerciendo una leve acción laxante al ser “secundaria”. Esta función resulta de la estimulación de todas las glándulas del tracto gastrointestinal y de los músculos del sistema digestivo.
Tintura madre de diente de león
Existen variaciones, según el tipo de droga y el principio activo, como la tintura de 20 grados, compuesta por un 20% de alcohol y un 80% de agua en volumen, o la tintura de 80 grados, compuesta por un 80% de alcohol y un 20% de agua.
Después de unos 21 días, el macerado se filtra primero, y luego, mediante el procedimiento de exprimido, se deja reposar durante al menos dos días. Debe conservarse en un lugar completamente oscuro, lejos de la luz directa.
Por lo tanto, se trata de un mínimo de veinte y un máximo de cincuenta gotas, que deben diluirse siempre en un vaso de agua, para garantizar excelentes beneficios para el organismo.
Para facilitar la digestión, se recomienda una tintura madre de melisa, hinojo o romero; para mejorar la circulación, se recomienda una tintura madre de rusco o arándano.
Infusión de diente de león para adelgazar
Actualmente se está llevando a cabo un ensayo clínico para evaluar el efecto de un fármaco a base de silimarina extraída del cardo mariano en el tratamiento de pacientes que sufren insuficiencia hepática causada por intoxicación por hongos venenosos como la Amanita phalloides. ¿La razón? Parece que las sustancias contenidas en las semillas o flores de esta planta son capaces de combatir los daños hepáticos causados por las amatoxinas del hongo.
La parte del cardo mariano que se utiliza para obtener sus beneficios terapéuticos son las semillas (o mejor dicho, los frutos) y las flores, que se producen en verano. Las infusiones, los extractos y la tintura madre pueden utilizarse para obtener un efecto purificador y desintoxicante del hígado.
Las cataplasmas, en cambio, se utilizan para desinflamar la piel, por lo que son de uso externo. Para el mismo fin, también existen cremas y cosméticos a base de cardo mariano, que deben utilizarse según las instrucciones del producto individual.
Para preparar una decocción, mida aproximadamente una cucharada rasa de semillas de cardo mariano y disuélvalas en 1 taza de agua fría. Encender el fuego y llevar a ebullición. Después de unos minutos (unos 10), apagar el fuego y dejar reposar otros 10 minutos. Cuele y beba antes de las comidas para beneficiarse de su acción desintoxicante y protectora del hígado.